lunes, 21 de mayo de 2007

Los libros están al lado de los zapatos


Mi habitación es un mundo caótico, ya antes de ser habitación lo era. Hay un popurrí de cosas inútiles por todas partes y estoy empezando a preocuparme, ya que creo que es síntoma del síndrome de Diógenes. Nunca me deshago de nada, porque realmente todo lo que tengo tuvo un gran valor para mi en su momento: fotos, cuadernos, apuntes, miles de bolígrafos, agendas, cd's, películas, latas de colores, cajitas, flores secas y artificiales, fundas de cosas, manuales de instrucciones, cajas, velas,... pero lo más curioso de todo y algo en lo que no había reparado hasta el otro día, es que mis libros comparten estantería con mis zapatos. Y la verdad es que todo el mundo debiera organizar sus estanterías de esta manera, porque si se piensa bien la relación entre libros y zapatos es más estrecha de lo que pudiera parecer en un principio. Cuando lees uno de esos libros que nunca terminas porque son un tostón infumable, luego lo dejas olvidado en la estantería. Pues lo mismo sucede con los zapatos de tacón que expresamente te compraste para una fiesta y te dejaron los pies molidos, nunca más te los vuelves a poner. Sólo a veces te entran tentaciones de continuar lo que empezaste, y retomar los zapatos y reestrenar tu lectura. Pero te acabas dando cuenta de que lo mejor que puedes hacer es dejarlos que compartan estantería. Yo tengo dos llenas de zapatos y libros inútiles.

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