sábado, 20 de febrero de 2010


Qué se puede plantear uno cuando recibe información inconexa, información que tus neuronas intentan transmitir pero que el raciocinio no te permite entender. En qué piensas cuando ya no te queda nada en lo que pensar. Y qué ves cuando el mundo se ha transformado en un lugar para ciegos, donde priman las sensaciones corpóreas, donde el mañana es el hoy, y el ayer se esfuma como el humo que se incrusta en mis paredes. Y tú me dices ven, y yo voy con la mirada perdida hacia un camino que he recorrido tantas veces, que me sé de memoria, pero que al serme familiar me tranquiliza, pero te odio tanto… Lo dejo todo.

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