En un mundo perfecto podría haberlo hecho, haberme lanzado dentro de la piscina, sin miedo a que estuviera vacía; en un mundo perfecto podría fingir que no pasa nada, que a pesar de todo seguiré para delante; en un mundo perfecto simplemente me tratarías como a los demás sin pretender que soy algo especial; en un mundo perfecto, me entenderías sólo con mirarme y no dirías nada, porque no habría nada más que decir. Pero la piscina está llena de otra agua que no es la mía; pasa, claro que pasa, y cada vez me cuesta más seguir adelante; no me tratas como a los demás de tu día a día; me entiendes cuando te miro y no me dices nada porque hay tanto por decir... En un mundo perfecto yo no te conocería, porque así sería feliz.
jueves, 22 de enero de 2009
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1 comentario:
Adoro la palabra... esternocleidomastoideo.
Es que suena realmente bien, ¿verdad?
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