Es increíble cómo el destino te la juega a cada paso que das. Y nunca te complace, porque nunca te deja hacer las cosas a tu manera. Él ha decidido cuáles son tus pasos y no puedes hacer nada por cambiarlos. Es el juego que nos tiene preparado el destino, el juego del mundo al revés: lo que uno quiere en cada momento es inversamente proporcional a lo que uno no quiere en ese momento. Algo así como lo que yo quiero ahora no me va a venir dado hasta que yo deje de quererlo... !Juego cruel¡ ¿Y si engañamos al destino y le hacemos creer que no queremos nada? ¿Nos devuelve todo? Igual que nosotros fingimos, todos fingen, el destino finge... el mundo está patas arriba. Dentro de X tiempo me vendrá lo que quiero ahora, pero entonces ya no lo querré. Y ahora me viene lo que quise durante mucho tiempo... Pero se la jugué al destino, porque realmente no lo quería, ni antes ni después.
miércoles, 15 de octubre de 2008
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